lunes, 23 de agosto de 2010

Para que hacemos YOGA?



En honor a nuestras alumnas y alumnos unas plabras para motivar su practica e inspirar su Viaje Interior.

“El Yoga no es en modo alguno una religión o un dogma para ninguna cultura en particular. Aunque surge en la india, es un camino Universal, un camino abierto a todos y a todas, independientemente de su lugar de nacimiento y origen. Todos somos seres humanos, pero nos han enseñado a considerarnos occidentales u orientales. Si nos dejasen a nuestro aire, seríamos simples seres humanos, sin las etiquetas de africano, indio, europeo o americano.
La vida de un ser humano es difícil y siempre lo ha sido. La mayoría de nosotros estamos destinados a encontrar dificultades y sufrimientos, y muchos sufren dolor físico y emocional, estrés, tristeza, soledad y ansiedad. Aunque solemos creer que son problemas causados por las demandas de la vida moderna, lo cierto es que la vida humana siempre ha estado plagada de dificultades y desafíos: ganarse la vida, realizar una profesión u oficio, hacer o no una familia, vivir un duelo, traer a la vida a otro ser humano, etc. Y además deseamos, hallarle sentido a todo eso.
Esos desafíos a los que nos enfrentamos los seres humanos, siempre han estado allí y siempre lo estarán. Como animales que somos “caminamos sobre la tierra”. Como seres humanos intentamos reconciliar la paradoja de cómo abrirnos camino en la tierra mientras nos esforzamos por hallar algo más permanente y más profundo, “caminamos entre las estrellas”. Somos muchos los que buscamos la verdad en los cielos, pero esta más cerca que las nubes. Esta en nuestro interior y puede ser hallada por cualquiera que emprenda en Viaje Interior.
La mayoría delas personas buscan lo mismo. La mayoría de las personas quieren simplemente salud física y mental, comprensión y sabiduría, así como paz y libertar. A menudo, nuestros esfuerzos por alcanzar esas necesidades humas básicas fracasan, ya que la vida humana conlleva muchas demandas que también pueden entrar en conflicto entre sí. El yoga, tal y como lo comprendieron sus sabios, esta diseñado para satisfacer todas estas necesidades humanas de forma integral y completa. Su meta no es ni más ni menos que alcanzar la integridad de la unidad. Una unidad con nosotros mismos y, como consecuencia de ello, con todo lo que esta más allá de nosotros mismos. Nos convertimos en un microcosmos armonioso en el macrocosmos universal.
Así, la integración que brinda esa sensación de UNIDAD, es la base de la plenitud, la paz interior y la suprema libertad.
El yoga permite redescubrir una sensación de plenitud en la vida, en la que uno(a se siente como si estuviese continuamente intentando encajar las piezas rotas. El YOGA permite hallar una paz interior que no se ve alterada ni agriada por las interminables luchas y tensiones de la vida.
El YOGA permite descubrir un nuevo tipo de libertad de la que ni siquiera se sospechaba su existencia. Para un YOGUI o una YOGUINI la libertad implica no ser destrozado por las dualidades de la vida, sus altibajos, sus placeres y sufrimientos.
Implica ecuanimidad y en ultima instancia que existe un núcleo interno y sereno del propio ser que nunca esta separado del infinito eterno e inmutable.
El Yoga reconoce que a lo largo de milenios ha cambiado muy poco la manera como funcionan nuestros cuerpos y nuestras mentes. La manera como funcionamos dentro de nuestra piel no es susceptible de cambiar ni en el tiempo ni a causa del lugar. En el funcionamiento de nuestras mentes y en la manera como nos relacionamos con los demás podemos descubrir tensiones inherentes, como fallas geológicas que, si no se atienden causarán prejuicios, tanto individuales como colectivos. Todo el impulso de la búsqueda filosófica y científica del YOGA tiene por objeto examinar la naturaleza del SER, con el propósito de aprender a responder a las tensiones de la vida sin convulsiones ni angustias.
El YOGA no considera la codicia, la violencia, la desidia, el exceso, el orgullo, la lujuria y el miedo como formas no erradicables de pecado original que existen para arruinar nuestra felicidad, o en las que asentar nuestra felicidad. Se consideran manifestaciones naturales, aunque molestas, de la disposición humana y dificultades que han de ser resueltas, no suprimidas ni negadas. Nuestros deficientes mecanismos de percepción y de pensamiento no deben ser causa de pesar (aunque nos provoquen pesares), sino una oportunidad para evolucionar, para llevar a cabo una evolución interna de la conciencia que también posibilitará de manera sostenible nuestras aspiraciones hacia lo que denominamos éxito individual y progreso global.
El YOGA es un manual para jugar el juego de la vida, pero en este juego no tiene que perder nadie. Es duro, eso sí, y el entrenamiento debe ser intenso. Requiere disposición para pensar por uno mismo, para observar y corregir, y para superar los fracasos ocasionales. Exige honradez, una entrega sostenida y, por encima de todo, amor en el corazón. Si estas interesado(a en saber que es ser un ser humano, situado entre el la tierra y las estrellas, si estas interesado(a en saber de donde vienes y hasta donde puedes llegar, si deseas felicidad y anhelas libertad, entonces ya has dado los primero pasos del viaje interior.
Las leyes de la naturaleza no pueden doblegarse. Son impersonales e implacables. Pero podemos jugar con ellas. Aceptando el desafío de la naturaleza y participando en el juego nos sumergiremos en un viaje emocionante y tempestuoso, que nos proporcionará beneficios de acuerdo al tiempo y al esfuerzo invertidos, siendo el menor de ellos la capacidad de amarrarnos las cintas de los zapatos cuando tengamos 80 años, y el más elevado la oportunidad de degustar, experimentar y vivir la esencia de la vida misma”.
Tomado de: B.K.S. IYENGAR, “Luz sobre la vida. Viaje hacia la plenitud, la paz interior y la libertad”, Ed. Kairós, 2005.

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